Un equipo científico del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) se ha desplazado a Cabo Verde a raíz de una petición de la Universidade de Cabo Verde (Uni-CV) al Cabildo Insular de Tenerife para prestar un servicio de asistencia y colaborar con la gestión del actual proceso eruptivo que esta teniendo lugar en la Isla de Fogo desde el pasado domingo 23 de noviembre de 2014.  Entre los objetivos de esta misión científica se encuentra evaluar la evolución temporal de la emisión de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera a través del penacho volcánico de 5.000 metros de altura generado por el actual proceso eruptivo en la Isla de Fogo.

 

Los primeros resultados preliminares obtenidos mediante el uso de sensores ópticos remotos tipo miniDOAS, que el INVOLCAN ha trasladado a Cabo Verde, reflejan que la tasa de emisión de dióxido de azufre (SO2) registrada el 28 de septiembre de 2014, 5 días después del inicio de la erupción, fue de 8.350 ± 1.344 toneladas diarias, registrándose un aumento a 11.926 ± 3.379 toneladas diarias el 29 de noviembre de 2014. Para realizar el cálculo de estas emisiones, además de realizar transectos con sensores óptimos remotos tipo minDOAS en posición móvil terrestre (vehículos) o en posición móvil aérea (helicópteros), se necesita conocer la velocidad y dirección del viento entre los 3.000 y 5.000 metros de altura que se obtienen del centro VAAC de Tolouse.

 

La emisión de gases volcánicos refleja la cantidad, la profundidad y el  contenido de volátiles del magma existe en el interior de un sistema volcánico y es una importante herramienta de monitorización para dilucidar los cambios en la actividad volcánica. Por lo general en una erupción volcánica, cuando se habla de la tasa de emisión de gases volcánicos, esta se refiere a la emisión de dióxido de azufre (SO2), uno de los principales componentes de los gases volcánicos más fáciles de detectar por teledetección que otros componentes de los gases volcánicos.